Aprender geografía es un proceso de continuo aprendizaje acerca de cómo tienen lugar los fenómenos a nuestro alrededor y más allá. Es común sentirse atrapado en situaciones que limitan nuestra capacidad para crecer, para evolucionar; no obstante, en la historia, muchos han sido los pensadores que se han cuestionado lo hasta entonces conocido buscando sus propias respuestas. El actual conocimiento geográfico de la humanidad habría sido imposible de alcanzar sin escuchar ese deseo de moverse que impulsó a muchos exploradores, científicos y aventureros a probarse en los más remotos rincones del planeta. El exponerse a una situación distinta, por muy local que ésta sea, es el punto de partida para emprender o retomar el proceso de auto-conocimiento que permite conectar con aquello que está fuera de nuestra inmediata visión; geográficamente, es difícil comprender un fenómeno sin exponerse de alguna manera a él. Mantenerse en movimiento, aunque sea sólo probando desde de lo cercano, ampliará el alcance de nuestra geografía vital proyectándonos a nuevos conocimientos e insospechadas habilidades; así los grandes de otrora forjaron camino desde la curiosidad y el deseo de aprender demostrando cómo la geografía en su dinamismo entra siempre por los pies.
César Camacho Díaz